Describía una canción,
Otros coros, mismas danzas,
Ese pobre y oxidado corazón,
Pocas bromas, menos chanzas,
Pintado en la pared a la sazón,
Con tizas aviesas como lanzas
Que guardar luego en el cajón.
¡Bandas sonoras de mi vida!,
¡Mucho esfuerzo, poco relajo!,
¡A otros falta, a mí me sobra!,
Con voz afectada y sentida,
Cantaba el albañil en el tajo:
¡Qué sufridita es la obra!
Ya lo decía mi abuela y tenía razón: "De mayor, búscate un trabajo en una oficina, que vayas bien vestido, limpio" ... y con camisetas de superhéroes podría añadir yo.
No, no puedo quejarme y el soneto de arriba podría parecer hasta provocador. Desde luego no es mi intención. Al contrario, reconocimiento y homenaje.
Un saludo, Domingo.