sábado, 2 de julio de 2016

Cosas que hacer antes de los 40

El jueves pasado firmé la venta de la que ha sido mi casa durante los últimos años. Es la primera vez que asisto a la venta de una casa en la que yo he vivido. Tras correr y correr e ir aquí y allá, acabamos en el Leroy Merlín. Debían ser las 9 y media de la noche, no habíamos cenado y todavía había que ir a echarle de comer a los perros así que decidimos entrar en la cafetería y pedirnos esos bocadillos de carne que tanto había recomendado uno de los amigos del trabajo.

Los trajeron y tal como ya me habían anunciado, el tamaño era considerable y el sabor exquisito. Le di un par de mordiscos a una de las dos mitades en que los habían dividido y entonces caí en que podía dejarme llevar por esa corriente que tiende a publicar fotos de lo que come en su Facebook, Instagram o lo que sea y compartirlo con los amigos. Sin embargo, yo solo lo compartí con el grupo de Whatsapp que tenemos para la hora de la comida en el trabajo. Un número muy reducido de personas, cuatro, del cual el consiglieri era uno de ellos.

Envié la foto sin mencionar nada más y al par de minutos ya tenía respuesta:
- Leroy Merlín, ¿verdad?, ¿Qué tal están?

Respondí que sí en alemán, con la duda de si se entendería bien o no. Luego me preguntaron por cómo había ido todo con la compraventa y entonces fue cuando escribí lo que da título a esta entrada. Vender una casa y probar los bocadillos de carne de la cafetería del Leroy Merlín: dos cosas tachadas de la lista de cosas que hacer antes de cumplir los 40.

Se lo radié a mi mujer mientras lo escribía y entonces me preguntó ...
 - ¿Ahh, pero tienes una lista?
- No, no la tengo pero es lo que he escrito.

Y luego, en los días posteriores, he estado pensando que quizás no hubiera estado mal tenerla. O quizás hubiera sido muy depresivo. Al fin y al cabo, como dice esa cita que he escuchado varias veces, la vida es lo que te ocurre mientras persigues tus sueños. O como aquel periodista francés en Japón que fue invitado a una casa local para descubrir que todos los muebles eran coloniales y al preguntar si no había allí nada típico japonés recibió como respuestas que allí, todo lo que NO se veía, era japonés.

Así pues, todo lo que probablemente no estaría en esa lista, sería lo conseguido antes de los 40. Visto así, no sabemos si al final esos dos puntos, la venta y los bocadillos, deberían contar a favor o en contra. Lo seguiré pensando y lo mismo para cuando cumpla los 40 ya me he decidido.

Un saludo, Domingo.

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